Con el objeto de ponerle coto a la especulación con su misma moneda, las autoridades chinas pulsan establecer un impuesto sobre las transacciones de divisas parecidas a la tasa Tobin.
El primer borrador sobre el impuesto está siendo elaborado por el Banco Central Chino, ello según lo señalado este martes por Bloomberg, que se convertiría en una herramienta nueva para limitar las fugas de capitales.
Fortalecer además el control que debe tener el estado en su sistema financiero, ello si definitivamente el referido impuesto entrara en vigor.
Aunque todavía no existe fecha precisa para la ejecución de la tasa arancelaria, que tendría que aprobar el Gobierno, no se conoce tampoco en base a qué porcentaje se emplearía a las distintas operaciones realizadas a la compraventa de las divisas.
Originalmente el regulador financiero se aventuraría por conservar el impuesto en cero, así daría tiempo a que las autoridades puedan perfeccionar el sistema, persuadir a los especuladores, así mismo observar el comportamiento de los mercados.
Aunque no es la primera vez que el Gobierno de China se traza esta meta, ya que en un artículo de la revista China Finance en octubre Yi Gang vicegobernador lo señaló del Banco central, además de responsable de la Administración Estatal de Intercambio de Divisas, Yi Gang, lo hizo en un artículo a la revista China Finance. Asi mismo la Oficina Nacional de Estadísticas en un comunicado emitido recientemente dio apoyo a la medida, ello en el supuesto caso de que los movimientos de los mercados financieros globales perturbaran la seguridad de los chinos.
En los controles de las fugas de los capitales, en este sentido los expertos coinciden que en el corto plazo, la tasa arancelaria alcanzaría darle un freno a las oleadas de los capitales especulativos, pues si ante la posibilidad de que le resulte más costosa, los inversionistas lo pensarían mejor antes de hacer las operaciones con yuanes.
Además que lograría la moderación de las fugas de los capitales, que por lo general en el año 2015 y comienzos de 2016 debido a lo que ha sido la desaceleración de la economía han llegado a alcanzar los máximos históricos. Entre las oscilaciones de los mercados bursátiles, así como las perspectivas de la pérdida del valor del yuan continuará a largo plazo.
Al colocársele un freno a la fuga de los capitales, por ende la tasa tendría un respiro a la caja de ahorro estatal, ya que China ha hecho uso de gran parte de sus gigantescas reservas de sus divisas para poder darle sustento al valor agregado de la moneda.
El impuesto, daría la fluidez del sistema, lo que obtendría los inversionistas interpretarían como una indicación de que Pekín no es competente para ejercer el control de las salidas de los capitales
La puesta en funcionamiento del gravamen objetaría del Gobierno Chino lo que ha sido sus ofrecimientos de liberar absolutamente para el 2020 la circulación de los capitales.