Son muchas las razones por las cuales una persona puede recibir un ingreso extraordinario pero son pocas las ocasiones en los que estos se utilizan de manera eficiente. En la mayoría de los casos ocurre que en cuanto ese dinero no esperado llega a la cuenta bancaria se lo destina al pago de cosas que no generarán un rendimiento en el futuro. El resultado es que la situación económica y financiera propia no mejora incluso como consecuencia de ese dinero extra puede empeorar. Esto último puede parecer imposible pero por medio de un ejemplo es fácil comprender en qué medida puede perjudicar las finanzas personales el hecho de mal gastar el ingreso. Ejemplo: X persona recibe Y cantidad de ingresos extraordinarios, X lo destina a la compra de un automóvil último modelo y con él incrementa los gastos en cuestiones de seguro, mantenimiento, etc. Al poco tiempo X se encuentra en una situación económica peor si se la compara con el momento anterior a recibir Y.
Este ingreso extraordinario debe destinarse a mejorar la situación financiera y al cumplimiento de los objetivos económicos propios. Pero de una manera general, se puede decir que es correcto destinarlo a:
Aumentar el ahorro del fondo de emergencia
Cancelación de deudas
Destinarlo a la inversión de largo plazo
Adquirir nuevos instrumentos financieros
En síntesis, debe ser destinado a incrementar los rendimientos futuros.