Los españoles castigaron al partido socialista ayer por la tardía y deficiente gestión de la crisis económica que golpea el país desde hace ya cuatro largos años. El partido popular logró aventajar al PSOE por más de 2,2 millones de votos, una diferencia histórica. El PP reunió el 37,5% de los votos (8.453.461 votantes) frente al 27,8% de los socialistas (6.259.449).
Tal vez no era el cambio que los indignados aclamaban en las plazas desde el 15 de mayo pero el mapa político desde ayer ha dado un vuelco histórico. El PP no sólo ha afianzado su presencia en las alcaldías sino que ha logrado superar en votos al PSOE en los feudos históricos de Castilla La Mancha, Extremadura y Aragón.
Así, el PP gobernará en 36 de las capitales de provincia españolas, catorce más que hace cuatro años. El PSOE gobernará en las 9 restantes tras haber perdido la confianza de la mayoría de los ciudadanos españoles.